sábado, 20 de julio de 2013

Blender's thoughts

Nunca me ha gustado el muesli, pero si lo mezclas con plátano y algo de yogur se camufla dando muy buen resultado. Cruje, igual que el banco de madera donde estoy sentada. El policía de enfrente ha preferido sándwich antes que muesli, el business man lleva su tupper preparado la noche anterior, y el chico de los nuddles les mira con cierta envidia. Pero yo me quedo con mi muesli y mi banco en la esquina izquierda de este parque pequeñito, trasera de una iglesia encajonada entre paredes que saben lo que se cuece en Wall Street. Yo de eso no tengo mucha idea. Quizá debería preguntarle al business man del banco de enfrente, pero ya ha acabado su tupper y empieza a recoger. Al policía le queda aún la mitad de su sándwich cortado en triángulos. No todo el mundo conoce los árboles de este parque. Están escondidos para disfrute, siempre corto aunque habitual, de unos pocos. A mí me gusta su porte. Parecen sabios, como si se tratase de alguien que sabe mucho de la vida ya. Y creo que es así. Ellos no hablan, y muchas veces tampoco los que los contemplan, pero existe una comunicación silenciosa que les ha hecho aprender mucho más de lo que sabía St. Peter cuando salió del seminario. El muesli es un buen complemento para los momentos pasados en este parque. Por cierto, debo acabármelo.


¡RING! La alarma. Hora de volver al trabajo.

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